La producción y comercialización de snacks de papa, remolacha y yacón está respaldando a 20 familias del Páramo de Guerrero, en Cundinamarca, a encontrar un modelo sostenible de transición a cultivos amigables con el medio ambiente. Es el comienzo de un proceso con propósito escalable.
Por: Duglas Balbín
Nunca sobrará recordar que los páramos son ecosistemas únicos, entre cuyas bondades está la de servir como depósitos reguladores de la provisión de agua. Cuando las temporadas de sequía aparecen, desde esas altas zonas se escurren grandes cantidades de agua retenida que garantiza el flujo en las zonas bajas a través de los arroyos, quebradas y ríos que allá nacen.
El cuidado y la conservación de los páramos es hoy una preocupación global que, en el caso de Latinoamérica y, particularmente de Colombia, tiene importancia superlativa. En entrevista para el Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina -que coordina la Universidad de Los Andes- el ingeniero, docente e investigador Daniel Ruíz Carrascal explicó que sin páramos el país perdería la capacidad de regulación de la oferta hídrica, como también “una riqueza enorme en términos de vegetación”, ya que son sitios experimentales que permiten saber cómo los ecosistemas responden a la señal del calentamiento global. Y se perdería también “un bien de interés cultural inigualable”, argumentó el investigador Ruíz Carrascal, con cuyo trabajo hace aportes al Panel Intergubernamental de Cambio Climático (organización global conocida con el acrónimo de IPCC y creada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).
Plantearlo así es necesario para entender por qué Margarita Cabal y sus dos socios le están apostando al objetivo de contribuir a la protección de los páramos a través de un emprendimiento industrial y comercial denominado Páramo Snacks. Sobre el origen, propósito y alcances compartió para esta serie de diálogos con líderes, que Portafolio Verde inicia -con esta entrega-, para propiciar reflexiones sobre el desarrollo sostenible a partir de experiencias y modelos en marcha.
La empresa y su propósito
Margarita, administradora de empresas, es la directora ejecutiva de Páramo Snacks, a la que define como una empresa que busca el triple impacto y está constituida como BIC (es decir, de Beneficio e Interés Colectivo, según lo previsto en el Decreto 2046 de 2019). Lo cual, explicó, denota el compromiso desde los estatutos y la filosofía misma, inspirada en un proyecto de comunidades campesinas de alta montaña, a través de la asociación Asoarce.
Aunque la empresa de Margarita Cabal fue constituida en 2018 y a finales de 2019 lanzó la primera línea de productos (snacks horneados libres de aceite) la relación con esa Asociación -que es la inspiradora del negocio- comenzó hace un quinquenio y tiene por objeto la adopción de un modelo de reconversión agroforestal que ayude a familias campesinas tradicionalmente productoras de papa y otros cultivos y actividades que degradan el medio ambiente, a hacer la transición hacia alternativas de producción sostenibles, 100% orgánicas, con cultivos diversificados y combinando con la siembra de árboles nativos para proteger las cuencas hídricas y recuperar la biodiversidad que se ha perdido en los ecosistemas de alta montaña y, en este caso, en el Páramo de Guerrero (en Cundinamarca).
Pero ¿por qué Páramo Snacks es un modelo de empresa sostenible? Margarita Cabal sostiene que, primero, por haber nacido para darle solución a una problemática ecológica y de biodiversidad del país: ser un pilar que asegure la sostenibilidad económica del modelo de reconversión agroforestal que lidera Asoarce, cuyo impacto ambiental es fundamental al estar trabajando con comunidades campesinas que ejercían actividades prohibidas en la zona (según lo dispone la Ley de Páramos -1930 de 2018-). Agrega que, también, al asegurar la sostenibilidad económica -de las familias- comprándoles la producción orgánica, las motiva para que dejen de contaminar y migren al modelo sostenible con diversificación de productos.
Otro argumento es que el esquema de trabajo puesto en marcha por Páramo Snacks con Asoarce conduce a que las familias se concentren en unas áreas y de manera unida y solidaria apliquen para la obtención de una certificación orgánica, que es algo complejo y costoso para una sola familia. “Pero cuando ya nos unimos y logramos recursos de Fundación Bancolombia y Portafolio Verde -a través del programa En-Campo– para apoyar técnicamente ese proceso de certificación, se asegura que todas las estrategias de producción de los cultivadores sean amigables con el medio ambiente, por la forma rigurosa y el control de los bioinsumos que se utilizan en la producción”, explicó.
Ella se detiene para hacer énfasis en el impacto social y sostiene: estas comunidades campesinas de alta montaña son parte del ecosistema de los páramos y bosques de niebla; y la misma Ley de Páramos motiva alternativas de reconversión; y esto es un modelo que demuestra que es posible convivir con el ecosistema y darles alternativas a las familias que hacen parte del mismo. Estas familias están demostrando, señala Margarita, que sí pueden ganarse el derecho de estar en las tierras donde han vivido ellas y las generaciones anteriores. Y también -añade- hay un logro significativo y es poder incluir a la mujer rural en el proyecto, que es la que ha liderado este proceso de transformación y ha involucrado a sus hijas a la siembra, al cuidado de árboles nativos, todo eso para garantizar el relevo generacional inspirado en el cuidado del medio ambiente, en la protección de los suelos y del agua a través de la reforestación activa.
Componente de innovación
El testimonio de Margarita Cabal adquiere relevancia al saber lo que ha sido y está aportando a la innovación. Según dijo, desarrollar los chips para que despertaran interés tomó mucho tiempo porque fue necesario establecer variedades específicas de los productos, hacer ensayos para llegar al punto de la cocción, el tiempo de horneo, el grosor de la hojuela y que el sabor preservara la característica del tubérculo, garantizando la crocancia que tanto le gusta al consumidor. “Ha sido una estrategia de investigación, prueba y error, que comienza con la evaluación desde las semillas, las diferentes variedades, hasta el grosor del producto”.
Cadena de valor
Margarita Cabal reconoce la importancia de conseguir la integración en la cadena de valor, puntualmente con los proveedores, porque es parte fundamental para lograr la sostenibilidad del proyecto. Por eso el deseo de invitar a empresas comercializadoras como la comercializadora Hortifresco -que ya firmó alianza con Asoarce- y a procesadoras de alimentos para que identifiquen y valoren las materias primas que se están produciendo y se pueda replicar el modelo en otras zonas, a sabiendas de que existen 600 mil personas que están viviendo en áreas pertenecientes a ecosistemas de bosque de niebla y de páramos, que urge generar soluciones inmediatas y que el modelo de reconversión agroforestal es una alternativa viable, que puede darles opción a productores para migrar a estos esquemas sostenibles. “Pero esto necesita de actores de la cadena de valor comprometidos con la compra de productos de manera directa y a precios justos”, enfatiza Margarita Cabal, para quien esa es la clave para replicar y escalar el modelo en muchas más familias campesinas.
Sobre los retos
Nuestra invitada reconoce que uno de los principales es el manejo de los materiales de empaque, ya que tener un producto horneado y cuya crocancia es muy importante para el consumidor, requiere un material biodegradable y en este momento no es posible usarlo porque no genera la barrera de humedad que exige un producto de exportación. Por ello sigue explorando opciones para mitigar la contaminación que puede generar el material de empaque utilizado actualmente.
Indica que, una manera de compensación es la búsqueda de nuevos productos a base de alimentos 100% orgánicos. En ese sentido, están en curso los ensayos con Queil y Coliflor.
La perspectiva
Ya que la pandemia ha impactado todos los sectores y negocios, Páramo Snacks no cumplió los objetivos comerciales en 2020, el primer año en el mercado. Sin embargo, Margarita Cabal está satisfecha por la serie de reconocimientos obtenidos, que están propiciando la consolidación del proyecto y la preparación de la empresa para el proceso de internacionalización.
Cree que las oportunidades son amplias porque la pandemia precisamente ha generado mayor conciencia entre los consumidores sobre la alimentación saludable, mayor sensibilidad sobre el respaldo a comunidades productores del campo, máxime cuando se trata -como en este caso- de familias comprometidas con un modelo de reconversión agroforestal, lo que puede ayudar a elevar los compromisos de compra directa y justa.
Ya que del dinamismo que gane Páramo Snacks depende el ingreso de los productores, de cara al resto del año Margarita Cabal observa con optimismo lo que puede suceder, especialmente por el compromiso con la internacionalización, porque además de Estados Unidos se vienen gestiones de exploración con clientes potenciales en Reino Unido, Francia, España, Suecia y México.
Oportunidades de mejora
Tecnificación es lo fundamental, señala Margarita Cabal, porque en la medida que se pueda aumentar la capacidad de producción será posible multiplicar el beneficio en más familias campesinas, restaurar muchas más hectáreas hacia la agricultura orgánica e invertir el 2% de las ventas en proyectos que respalden a las comunidades del campo. “La gran apuesta es escalar el proceso de producción y competir en mercados internacionales con los volúmenes que requieren los compradores; y esto tendrá impacto proporcional en los campesinos y en la producción sostenible”, concluyó.
Lo que recomienda
Para empresas de alimentos envió un mensaje para recordar “la riqueza invaluable” que tiene Colombia en los diversos pisos térmicos, una riqueza en productos agrícolas como frutas y tubérculos exóticos, lo cual se traduce en una oportunidad amplia. “Pero mi recomendación es establecer estas estrategias de desarrollo de productos de la mano de comunidades. Parte del valor de nuestra marca es toda esta historia que hay detrás, de trabajo con la comunidad durante más de cinco años; definitivamente es un valor competitivo, una diferencia competitiva, que hace que nuestro producto sea completamente único”, subrayó.