19 abril 2020 | Tendencias

La sostenibilidad es uno de los mayores retos de la gerencia en tiempos de la revolución digital y cambio climático. Es evidente que impacta los indicadores financieros de largo plazo y determina el relacionamiento con los grupos de interés. Ahora no se trata solo de un área o dependencia dentro de la organización que se encargue de temas ambientales y sociales: hoy, en el entorno organizacional, se entiende la sostenibilidad como parte del direccionamiento estratégico, un frente de actuación integral y una linea de inversión.

Planear y actuar desde la sostenibilidad es mucho más sencillo de lo que nos imaginamos. Se trata de pensar desde la generación de valor, y así, gradualmente, se incorporan estrategias, prácticas y hábitos que contribuyen a la transformación organizacional desde una perspectiva de sostenibilidad con competitividad. Estas diez prácticas pueden ser un buen primer paso en su empresa.

  1. Alinéese con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

En 2015, los líderes mundiales adoptaron 17 objetivos globales para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible al 2030. Cada objetivo tiene metas específicas, y los gobiernos, el sector privado, las organizaciones sin ánimo de lucro y la sociedad civil están alineados con esta agenda.

Identificar las actuaciones de la empresa que se relacionan con los ODS y sumar indicadores a estas metas globales es una buena práctica empresarial encaminada a la sostenibilidad. Existen múltiples aplicaciones móviles que aportan información para gestionar los ODS en la organización. Descargue la que se ajuste a sus necesidades.

  1. Incluya criterios ambientales y sociales en el análisis de riesgos

Es indispensable la gestión de riesgos para manejar situaciones de potencial amenaza y tradicionalmente ha sido muy orientada a riesgos económicos y operacionales. Si se incluyen dentro de este análisis las variables ambientales y sociales, es posible tener una visión más amplia, y por ende, una actuación integral y estructurada. Además, identificar puntos críticos en estos componentes evita a la organización sanciones o restricciones que impactan la continuidad del negocio. Por ejemplo, no tener en cuenta los riesgos derivados del vertimiento de aguas residuales puede acarrear mayores costos por temas de sanciones por parte de la autoridad ambiental, lo que conlleva a una actuación correctiva y no preventiva.

  1. Mida y gestione la huella de carbono

Las personas, organizaciones, eventos o productos generan impactos ambientales directos o indirectos en el entorno, los cuales se traducen en emisión de gases efecto invernadero. Hacer un cálculo y establecer el tamaño de estas emisiones en toneladas de CO2 equivalente, es lo que se conoce como la medición de la huella de carbono. Para gestionar cada uno de los impactos generados es necesario medir e implementar estrategias de reducción o compensación de emisiones.

Los productos desarrollados acorde a una economía baja en carbono son altamente valorados en los mercados internacionales. Por esto, comience por medir la huella de carbono de su empresa. Una vez haya estimado sus emisiones desarrolle un plan para reducirlas. Aquí puedes medir tu huella.

  1. Evalúe los servicios ecosistémicos de sus predios

Muchas compañías del sector agroindustrial cuentan con predios productivos que pueden tener características ecológicas representativas, por ejemplo ser el hábitat de especies de fauna y flora con prioridad de conservación.  Tener un inventario de los recursos naturales de esas tierras es el primer paso para la protección y además puede ser una oportunidad para vincularse a proyectos que generen rentabilidad o indicadores de sostenibilidad a partir de estrategias de conservación. Evaluar los servicios ecosistémicos con que cuenta su empresa puede llevarle, por ejemplo, a una venta de bonos de carbono que ayude a compensar sus impactos al entorno. Una tierra pensada con un propósito puede convertirse en un activo lleno de oportunidades.

  1. Gestione proveedores responsables

La cadena de suministro de una empresa es clave para obtener certificaciones nacionales o internacionales y un proceso determinante en la gestión organizacional. Establecer una relación más estrecha con los proveedores le ayudará a reducir impactos y gestionar riesgos. Acompañe la implementación de planes orientados hacia buenas prácticas medioambientales y sociales en las empresas que hacen parte de su cadena de suministro; esto impactará positivamente sus indicadores de sostenibilidad. Para comenzar, recomiendo realizar la evaluación de empresas que propone el Sistema B, es una herramienta que brinda planes base para mejorar las prácticas empresariales. Lo encuentran en: www.sistemab.org

  1. Identifique el sello correcto para cada mercado

Con frecuencia los empresario preguntan «¿En qué sello verde me puedo certificar?» y la respuesta es: «No hay un sello verde, hay más de 400 sellos internacionales que certifican diferentes propósitos relacionados con la sostenibilidad».  Seleccionar un sello para su empresa es una decisión que requiere alinear el propósito de su negocio con el sentido de la certificación, para que éste se convierta en un mecanismo que agregue competitividad y brinde oportunidades.  Además, la selección del sello debe estar determinada por el mercado al que se quiere llegar, pues no es lo mismo pensar en certificaciones para Europa que para Estados Unidos o Japón. En cada región hay condiciones particulares que son valoradas en mayor o menor medida.

Por ejemplo, hace algunos años, los cultivos de café dejaron de necesitar sombrío y esto diminuyó la población de aves. Algunos caficultores desarrollaron estrategias de conservación de la fauna y agregaron valor a su producto al certificarse con el sello «Café amigo de las aves».

  1. Analice reportes de sostenibilidad

Conocer el estado de los indicadores ambientales, sociales y económicos es una buena práctica que permite saber cómo avanza el sector en términos de sostenibilidad y también facilita el análisis de cada empresa dentro del sector productivo al que pertenece. Es recomendable construir un tablero de indicadores con la información que proponen los reportes GRI (Global Reporting Initiative), así podrá mirar en conjunto los avances en variables como consumo de agua y energía, derechos humanos, entre otros. Conozca más sobre la elaboración de reportes en: www.globalreporting.com

  1. Genere valor compartido

Hace un tiempo la responsabilidad social se entendía como filantropía, ahora se habla de valor compartido, es decir que las empresas centran sus esfuerzos en promover progreso social, así como oportunidades que puedan favorecer a todas las partes interesadas, en resumen se trata de compartir beneficios.

Conozca y priorice sus grupos de interés y desarrolle para ellos estrategias a la medida basadas en sus necesidades. Un caso de valor compartido del que se puede aprender es la cadena del vidrio: cuando las empresas compran el vidrio a un precio justo a los recicladores, les brindan oportunidades laborales y económicas, mientras suplen su necesidad de materia prima y reducen los impactos ambientales por disposición de residuos en rellenos sanitarios.

  1. Desarrolle productos con ecodiseño

Gran parte de los impactos que genera un producto o servicio se pueden evitar o disminuir en el momento de creación o diseño. En esta etapa es posible seleccionar materiales ecológicos, simplificar las intermediaciones, determinar ciclos de vida sostenibles, etc.  Cada vez que desarrolle productos o servicios incluya la sostenibilidad como parte de los principios de diseño. La disminución en el tamaño de los empaques o la posibilidad de adquirir piezas de un equipo sin necesidad de reemplazarlo todo, son ejemplos de ecodiseño que ayudan a mitigar impactos ambientales.

  1. Un talento consciente es un talento sostenible

La sostenibilidad está hecha de personas, de voluntades, de pasión.  Es importante gestionar variables sostenibles con el talento de las organizaciones, y esta intervención debe darse en los diferentes procesos que pasan por: selección, desarrollo, entrenamiento y formación de las personas y equipos de trabajo. Un talento más consciente significa menos impactos y también una oportunidad de alinear a muchas personas con proyectos que aporten a un mejor entorno.

La Comunidad Ciclo Siete es una de esas iniciativas que promueve el desarrollo sostenible y tiene como objetivos crear conciencia, hacer un llamado a la acción, dar ejemplo a través de la visibilización e inspirar a más personas sobre los temas sociales y ambientales. Súmate en: www.ciclosiete.com